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MANUAL PARA EL MANTENIMIENTO Y OPERACIÓN SOBRE LAS TUBERÍAS DE FIBROCEMENTO EN LAS REDES DE ABASTECIMIENTO DE AGUA

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Referencia: Código 11416


DESCRIPCIÓN:

Febrero de 2025  -  Javier Miguel Elizondo Osés  -  Refª 11416

CONTENIDO:

Javier Miguel Elizondo Osés 

Febrero de 2025       Páginas: 270   Edición a color

Código 11416       ISBN/EAN: 9788412928389

CONTENIDO:

La construcción de redes de abastecimiento de agua con tubos de fibrocemento tuvo en el siglo XX (años sesenta-setenta, principalmente) una gran implantación, derivada de los aspectos competitivos con otros tipos de tubos. Aspectos competitivos centrados en economía de material (tanto por sí mismo como por su versatilidad de dimensionamientos para instalaciones adaptadas a distintas presiones) y puesta en obra, que llevó a tal grado de uso que hoy es el día en que se cifra su existencia en las redes de abastecimiento en un elevado porcentaje (por ejemplo, en España la AEAS -Asociación Española de Abastecimientos de Agua-, informaba en el 2017-datos de 2016- de la presencia de este material en unos 40.000km de tuberías -un 20% del total-*- que, al margen de ser una cifra estimada en función de las aportaciones de datos que puede llegar a recibir esa entidad, se puede considerar que es viable seguir barajándola por cuanto el nivel de renovaciones de tuberías se puede considerar muy bajo en general, dada la inversión real que se lleva a cabo.

Se estuvo trabajando con este material durante muchísimos años (hablamos en nuestro caso para el suministro de agua, pero también en otros tipos de servicios, así como en una multiplicidad de elementos constructivos, tanto en interiores de edificaciones como cubiertas exteriores que, hoy por hoy, se siguen situando en superficies globales muy extensas sin que se actúe sobre ellas) sin tener conciencia respecto a que el denominado “fibrocemento” era peligroso para la salud (al menos en lo que respecta a la información que se tenía por parte de las autoridades sanitarias) por ser origen de una enfermedad profesional, crítica, que atacaba (y ataca) a los pulmones -Asbestosis- a través de la inhalación de polvo de asbesto (o amianto), usado en la fabricación de ese tipo de tubos. que afectaba (y puede seguir afectando si no se actúa debidamente) principalmente al personal de mantenimiento de redes, por la manipulación de los tubos en operaciones de rebajes y cortes que originan el desprendimiento al aire de ese polvo con las microfibras de ese material. No fue hasta el año 1999 cuando se generó esa conciencia global, con la Directiva de la Unión Europea 99/77/CE, que prohibió a partir del año 2005 en toda la Unión Europea “la comercialización y utilización de todas las fibras de amianto y de los productos conteniéndolas”, pudiendo adelantar cada Estado miembro la fecha de aplicación. España, concretamente, incorporó las disposiciones de la regulación europea por O.M. del Ministerio de la Presidencia de 06 de julio de 2000, quedando finalmente regulado por O.M. de la entidad de 07 de diciembre de 2001, donde establecía la prohibición de utilizar amianto en la producción a partir del 15 de junio de 2002, y se podía seguir comercializando e instalando los productos fabricados antes de esa fecha, hasta el 15 de diciembre de 2002. Aquellos instalados antes de esa fecha podían mantenerse hasta el final de su vida útil, por lo que, hoy por hoy, tenemos que plantearnos que las redes actualmente existentes permanecerán en funcionamiento durante muchos años (-*-). Planteamiento que podría llegar a considerarse irresponsable respecto al riesgo para los operadores, pero que, lo más probable, fuese prefijado por factores económicos en relación a la consideración de eliminación total a corto/medio plazo, teniendo en cuenta que no existía ningún riesgo de salubridad por contacto del agua con su interior (ver anexo: Fibrocemento historial regulaciones), ya que aquel se genera con el cemento que envuelve las capas de fibras (durante todo el tiempo que el agua de consumo ha estado circulando por el interior de estas tuberías, ni una sola entidad de referencia a nivel mundial -la Organización Mundial de la Salud entre ellas- y local en sus continuos análisis, ha indicado que se haya producido problema alguno por ese contacto).

(-*-) A nivel Europeo, vemos en la Directiva 2003/18/CE, que “recomienda su sustitución por otros materiales a través de una sustitución lógica y progresiva, vinculada en cualquier caso a la finalización de la “vida útil” de la infraestructura”. AEAS abril de 2017 (Comisión 2ª Tratamiento y Calidad del Agua), indicando que “en la medida de lo posible, y teniendo en cuenta el punto de vista técnico, de seguridad y salud laboral, así como el económico, se debe proceder a la eliminación del uso de tuberías de fibrocemento a medida que se vaya detectando la necesidad de una reparación (si hay que reparar se sustituye) y, por supuesto, cuando se llegue a la finalización de la vida útil de la infraestructura…“.

En España (ver el anexo indicado anteriormente) hubo un planteamiento aprobado con fecha 8 de marzo de 2017, por la Comisión de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente del Congreso de los Diputados tras el debate de una Proposición No de Ley (PNL) para la “eliminación de las tuberías de fibrocemento en las conducciones de agua potable, en un horizonte temporal máximo de 5 años”. Como puede verse, tras más de 7 años no se ha llevado a cabo, pues, al margen de plantear la medida sin base presupuestaria para poder llevarla a cabo (renovar 8.000 kilómetros por año supone unos cuantos miles de millones de euros) hay que tomar conciencia de lo que supondría en riesgo, a nivel de seguridad de operarios y entorno, tener que entrar en esas renovaciones de gran entidad y cómo se iba a gestionar el impresionante volumen de residuos generados de fibrocemento. La propia AEAS, Comisión 2ª Tratamiento y Calidad del Agua, lo indicaba taxativamente en su “Informe técnico-sanitario sobre las tuberías de fibrocemento y la calidad de las aguas de consumo”, de abril de 2017: “…no únicamente no tienen un fundamento científico-técnico, sino que, además, conllevarían mayor riesgo, tanto sanitario como medioambiental, que el mantenimiento de la actual estrategia de control y de reposición al final de la vida útil de las tuberías”.

OBJETIVO DEL MANUAL

Cabe indicar aquí una realidad incuestionable en relación con la indicación de la AEAS mencionada anteriormente, como es “si hay que reparar se sustituye”. En general no se hace salvo que la avería comprometa a la longitud del tubo unitario afectado. Ante estas realidades, la estrategia que debiera tener cualquier empresa de gestión de agua (de cualquier dimensión) es proveer y formar en continuo a su personal de mantenimiento del ámbito del agua, no solo en cuanto a los procedimientos y medidas necesarias para su protección personal, la del entorno y la adecuada gestión del material extraído, sino de los materiales y formatos de reparación que eliminen totalmente la actuación en rebajes y cortes indebidos sobre los tubos de fibrocemento ante cualquier necesidad (fugas y/o roturas puntuales, acometidas y derivaciones, nuevos nudos…), así como la retirada del tubo completo en caso de rotura franca, sustituyéndolo por otro tipo de tubo homologado, con las oportunas piezas, de calidad contrastada, que permitan un ensamblaje directo sin necesidad de rebajes. Y cuando se plantee una renovación, establecer como premisa de base su ejecución con las denominadas “tecnologías sin zanja” (ampliamente desarrolladas durante décadas con total éxito), con las cuales obtendremos nuevas infraestructuras de suministro de agua sin necesidad de aperturas totales de las calles para extraer las tuberías existentes e instalar las nuevas. En función de las posibilidades, con unas no generaremos residuos de fibrocemento, y con otras los reduciremos al máximo. Por todo ello, se considera fundamental mantener un completo conocimiento de este tipo de tubería en todos sus aspectos, para la aplicación de las distintas actuaciones de conservación y mantenimiento de las redes, por cuanto el mantenedor (*) se va a seguir encontrando directamente con su problemática en el trabajo diario, tanto en aspectos de explotación y de reparación, como respecto a la necesidad de unir los tubos de fibrocemento existentes en sus redes de abastecimiento a sistemas de otras tuberías en procesos de sustitución o implementación.

(*) No debiera existir ningún mantenimiento sobre tuberías de fibrocemento sin los requisitos necesarios, por lo que hay que lograr que toda población sin posibilidades de gestión propia, tenga a su disposición un servicio adecuado a través de entidades supramunicipales competentes.

Este es el objetivo básico del presente manual: que el operador trabaje con total garantía en las facetas de Prevención y Seguridad, protegiendo asimismo el entorno y reduciendo al máximo la gestión de material de fibrocemento, ejecutando con la máxima eficiencia (eficacia y economía) y calidad, y en el menor tiempo posible para un mejor servicio al usuario/cliente.

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