Firme defensora de los derechos de la mujer, se consagró como una de las intelectuales más notables de su tiempo. Un documento pertinente más que nunca para recuperar un hálito de humanidad y de afecto por el otro, en una sociedad definida por el individualismo, la búsqueda del interés propio y de satisfacciones efímeras, que son fruto de la falta de referencias identitarias sólidas y del egocentrismo narcisista imperante.